Presentación
Anterior al ingreso de la matriz cultural europea, fueron los hombres de estas tierras los que se pensaron en ellas y fue ése pensamiento el que generó las motivaciones de la relación cultural y física con dicha tierra.
Pensamiento, motivaciones y modos de habitar de hoy, diferentes a ese ayer, continúan siendo la razón y la fuerza que definen el hábitat.
Razón y fuerza que constituyen la geometría social que construye causas culturales que devienen en consecuencias espaciales, definen el imaginario urbano que nos identifica o, al menos, muestra de manera contundente una serie de aciertos y contradicciones que fueron definiendo nuestra relación con el espacio público ribereño.
Luego de cinco siglos, los actuales hombres de éstas tierras somos los que continuamos dando forma al hábitat presente y también los que podemos proyectar, desde aspiraciones y deseos, aquél futuro que imaginamos.
El Centro de Estudios Ribera Buenos Aires presenta el proyecto memoria / río, Testimonios para el Porvenir, un buscador de relatos e historias que, obtenidas por transmisión oral, indagan en el colectivo social de los hoy adultos mayores que habitan la Ciudad de Buenos Aires, con el objetivo de rescatar y documentar una suma de testimonios que exhiben condiciones y costumbres de uso de los espacios públicos ribereños al Río de la Plata y al Riachuelo, en un lapso que abarca desde principios del siglo XX hasta nuestros días.
“Mi relato será fiel a la realidad o,
en todo caso,
a mi recuerdo personal de la realidad,
lo cual es lo mismo”
Jorge Luis Borges,
Ulrica
Los recuerdos son contundente síntesis de la experiencia, constituyen testimonios reales de valor histórico y patrimonial, son riqueza valorable, tesoro de la experiencia particular que, acumulada y clasificada, editada y difundida sustentan desde hechos del pasado, una cuota parte de nuestro futuro.
Convocarlos, escucharlos, darles atención y valor a nuestros adultos mayores a través de sus relatos, es un proceso de reconstrucción cultural que los reconoce como protagonistas, poseedores de patrimonio a transmitir.
Son ellos los que al exteriorizar sus experiencias en relatos nos permiten conocer, divulgar y repensar la relación Ciudad-río. Hay en nuestros adultos mayores muchas respuestas susurradas, claves contundentes y derroteros atractivos para descubrir y comunicar.
Son ellos “puente”, son ellos eslabón clave para unir patrimonio y porvenir.
La Ciudad de Buenos Aires posee una relación distante desde lo físico y cultural con sus riberas, este vínculo es percibido como una “cuenta pendiente”, como una falta. Las acciones que constituyeron y sostuvieron este proceso de “negación ribereña” forjaron tanto la materialización de su forma como de la consolidación de su cultura, Buenos Aires, da la espalda al río, suele decir una parte del imaginario popular.
Sin embargo, en acciones y usos ocurridos hace un tiempo, es posible vislumbrar, quizás solapadamente, una serie de respuestas o aproximación a ellas, que pueden ser objeto de atención desde la contundencia de sus testimonios.
El hombre que documenta e interpreta el patrimonio es capaz de transformar, el trabajo sobre la indagación de aspectos del conocimiento es la base material para el cambio, para atesorar patrimonio, para proyectar porvenir.
La sumatoria de criterios y experiencias es algo más que simple acumulación, es consolidar un colectivo social que tuvo y quiere volver a tener algo que le fue sustraído.
El conocimiento individual debe ser transmitido, sumado e integrado colectivamente, es la cualidad de relatos en cantidad lo que tiende, indefectiblemente, a ser conocimiento colectivo eficaz y representativo: desde el yo, con el nosotros, hacia el todos.
“Creo que Baudelaire dijo que la patria es la infancia,
y me parece difícil escribir algo profundo
que no esté unido
de una manera abierta o enmascarada a la infancia”
Ernesto Sábato,
El escritor y sus fantasmas
El acontecer de experiencias de nuestra infancia forja, invariablemente, nuestro ser, esos recuerdos del ayer se presentan y se hacen cotidianos al nombrarlos, se transforman en hoy. Rescatarlos nos permite revivir la infancia de nuestros adultos mayores y reeditarla, de una manera reflexiva, para transmitirla a otros.
Así, la palabra nombra tanto lo acontecido como lo que acontece y procura vislumbrar lo por acontecer, esa fuerza que radica en lo nombrado sustenta, en gran medida, las acciones del hombre y le posibilitan seleccionar los recursos y materiales más aptos para realizarla.
Los relatos toman el espacio y se hacen presentes, experiencias sobre un mismo territorio físico reaparecen, nos cuentan y en ese contar se hacen materia tangible, visibles emocionalmente, perceptibles y actuales.
“Entre la Ciudad y el ser del hombre se produce una especie de juego de espejos. La Ciudad es el reflejo de aquellos que la habitan y sus moradores son el reflejo de ella”
Esther Díaz,
Buenos Aires, Una mirada filosófica
Hoy reconocemos la disminución de la “cultura ribereña” de la Ciudad de Buenos Aires como signo propio de un proceso histórico ocurrido, una sumatoria de acontecimientos que modificaron las costumbres y el imaginario urbano.
La valoración de experiencias del pasado, lejos de ser un recurso para la nostalgia, constituye un umbral desde el que vislumbramos expectantes el horizonte, con la intención de impulsarnos hacia el futuro.